Fruto de ese empeño, en los cinco últimos años 26.687 personas, de las cuales 1.495 son menores, recibieron alimentos. En total, algo más de 6.300 familias pudieron completar su alimentación con las aportaciones del Banco de Alimentos de Álava. Durante ese tiempo se han recogido 9,2 millones de kilos de comida de diferentes procedencias (restos de industrias agropecuarias y supermercados, campañas de recogida, programas del Fondos Europeos y FESBAL…) y con dinero obtenido de donaciones, se han adquirido 1,3 millones de kilos. Su distribución está a cargo de 29 entidades colaboradoras de reparto, que entregan las bolsas en en su propio local a cada familia asignada por el BAA. Además, 19 centros de Consumo reciben los alimentos perecederos que precisan una entrega diaria para facilitarlos a centros de acogida, residencias y comedores sociales. El BAA solo reparte directamente, en su local de la calle Brasil, a aquellos beneficiarios que requieran, con carácter urgente, un lote de alimentos.
La constancia en la mejora de las prestaciones ha tenido su reflejo el último año en la calidad y propiedades de los alimentos, aproximándonos a las recomendaciones que los expertos indican como “dieta sana y equilibrada”. Por otra parte, hemos sido conscientes de la necesidad de productos infantiles, haciendo un esfuerzo importante para su adquisición, dado su alto precio. En esa línea cabe destacar la bajada de casi un 5 % en bebidas (refrescos, zumos), el incremento de los kilos entregados del grupo de “desayunos” (pan, galletas, cacao, cereales) o la oferta del doble de aceite que el año anterior. Dentro de ese objetivo de mejora constante, la alimentación infantil se ha duplicado y las conservas vegetales y de pescado crecen un 1,5%..
Las dificultades del inmediato futuro provienen del previsible aumento de beneficiarios y del incremento del coste de los alimentos a causa de la inflación. Mantener la bolsa actual de entregas a un entorno de 4.000 personas supone un gasto anual de 740.000 euros, al que añadir unos 180.000 en gastos de funcionamiento. Es decir, para mantener el nivel alcanzado en cantidad y calidad en 2022, se necesitan este año 920.000 euros. Y eso sólo será posible con la constancia en su apoyo de instituciones, empresas y ciudadanos. Solo con la ayuda constante de todos ellos será posible ganar el pulso al hambre.