Como muestra de solidaridad con otras poblaciones necesitadas envía una importante cantidad a la isla de La Palma.
El Banco de Alimentos de Álava recolectó 230.000 euros en donaciones y bonos convertibles en la Gran Recogida que llevó a cabo en la última semana de noviembre en los centros comerciales de Vitoria y el resto de la provincia. La cifra, pendiente del cierre de datos de algunos establecimientos, se encuentra en línea con los resultados de 2019 y ligeramente por debajo de los de 2020, un año calificado de especial como consecuencia de la mayor sensibilización social por la pandemia.
Las donaciones de dinero en el mes de noviembre ascendieron a 58.000 euros mientras que la estimación de los bonos para alimentos sube a 172.000 euros. En esta ocasión, la Gran Recogida no pudo ofrecer la alternativa de la donación directa de productos alimenticios como consecuencia de las restricciones de movilidad y sanitarias derivadas de la Covid 19.
Estas aportaciones y las que se produzcan a lo largo de los próximos meses permitirán al Banco afrontar nuevos proyectos para satisfacer las necesidades básicas de los más desfavorecidos y para mejorar la calidad de las entregas. Entre los objetivos destaca la extensión del programa destinado a los menores, en torno a doscientos, con la inclusión de pañales y leche infantil. Así mismo se pretende mejorar la aportación de proteínas, con carne de pollo, e incluir en la dieta los frutos secos.
El Banco quiere expresar su agradecimiento a todos los que han apoyado la campaña, donantes, supermercados y medios de comunicación entre otros, así como formular un reconocimiento especial a los casi quinientos voluntarios que atendieron a los ciudadanos en los diferentes centros comerciales.
El apoyo de la sociedad alavesa a la labor del Banco de Alimentos en todo el ejercicio ha permitido realizar una donación extraordinaria de 30.000 euros para los damnificados por la erupción volcánica de La Palma. El dinero destinado a cubrir las necesidades más perentorias de los afectados, que han visto enterrados literalmente los frutos de una vida de trabajo, se ha enviado al Banco de Alimentos de Tenerife para su distribución.