Tras muchos años de esfuerzo y trabajo como ejemplares voluntarios, dos veteranos de la casa, Juan Gallardo y Julián Gubía, se despiden
A veces, dar las gracias sabe a poco cuando se trata de reconocer la labor desinteresada de aquellos que de manera altruista brindaron su ayuda incondicional para poder seguir adelante con el proyecto del BAA. El voluntariado es un importante factor de desarrollo personal, pero sobre todo es un imprescindible motor de desarrollo social. Trabajo desinteresado, de un valioso tiempo, en el que ponemos el corazón y todas nuestras ganas para conseguir un mundo más justo e igualitario. Lo más satisfactorio en la vida es, haber sido capaces de dar, desinteresadamente una parte de uno mismo para el bien de los demás.
Finaliza aquí, esta importantísima etapa de vuestra vida, en la que aceptasteis sin titubear y asumisteis el compromiso, con seriedad, trabajando largas horas a lo largo de muchos años, dando una parte de vuestro valioso tiempo, buscando dibujar sonrisas en quienes parece no tienen mucho por lo que sonreír, haciendo llegar algo tan necesario como son los alimentos a los más vulnerables y necesitados. No hay palabras para agradecer tanta entrega, es por eso que decir gracias sabe a poco.
Sentimos la necesidad de expresaros, cuanto valoramos vuestra incesante dedicación y esfuerzo. Ésta es y seguirá siendo vuestra casa, porque con vuestra labor habéis reforzado sus cimientos. Es este nuestro pequeño homenaje en reconocimiento de vuestro esfuerzo, sentimos profunda admiración y agradecimiento hacia vosotros y os deseamos que continuéis siendo las maravillosas personas que sois. Formáis parte de una bonita historia que continuará, pero, os echaremos mucho de menos.
Gracias compañeros.