Sábado, 27 de noviembre de 2021 – 20:15 horas – Iglesia de Los Ángeles (C/ Bastiturri – Vitoria/Gasteiz)
La coral Gurasoak-San Viatory el guitarrista Jesús Merino ofrecerán un concierto con carácter solidario en la iglesia de Ntra. Sra. de los Ángeles de nuestra ciudad.
Jesús Merino, desarrolla su faceta musical en dos ámbitos: la música coral y la guitarra clásica. En el campo de la música coral se inició como miembro de la agrupación Cluster a principios de los 80 y en la actualidad ejerce como director de varios coros de voces mixtas. En el ámbito de la guitarra clásica, se ha formado con prestigiosos maestros.
En este concierto ofrecerá un recital centrado exclusivamente en obras del compositor y guitarrista Francisco Tárrega. Comenzando por obras de extremada belleza y musicalidad, siempre muy aplaudidas en los conciertos, como Mazurkas, Preludios y Estudios, pasará por otras definitorias de un estilo propio (Lágrima, Adelita, María…). Para finalizar, la sonata, Capricho Árabe, sin duda una de sus composiciones más conocidas.
Por su parte, la coral Gurasoak-San Viator lo hará con un repertorio variado. Obras intimistas y cargadas de espiritualidad como Xabaldorren heriotzean, Were you there ?, iniciarán el programa. Un grupo de importantes cantautores y poetas del siglo XX, Luis Eduardo Aute, Silvio Rodríguez, James Taylor, Pablo Neruda… estarán presentes con bellas composiciones llenas de lirismo. Piezas del cancionero vasco, como Goizeko Izarra y Maite, cerrarán el programa.
A parte de ofrecer al público vitoriano un espectáculo musical, se pretende sensibilizar sobre las graves carencias que sufren en la actualidad importantes núcleos de población en nuestra propia ciudad. Por este motivo se ha querido dar a este concierto un carácter solidario. El Banco de Alimentos de Álava canalizará la ayuda económica que se recaude a través de proyectos dirigidos a los más necesitados.
La Unidad Pastoral (de las parroquias) Nuestra Señora de Los Dolores y Millán, de Ali , asociaciones de reparto, realiza declaraciones sobre su labor como asociación de reparto
Ubicadas en el barrio Sansomendi y pueblo Ali. La sede de distribución alimentos se realiza en los locales parroquiales de la iglesia de Sansomendi. Sólo atendemos a personas/familias que entran dentro del padrón de la Unidad Pastoral Los Dolores-S. Millán. El grupo de reparto de alimentos surgió a propuesta de Banco de Alimentos de Álava (BBA) el año 1999. En la parroquia de Los Dolores ya se hacía anteriormente una distribución de alimentos antes de las fiestas de Navidad a familias especialmente necesitadas. En un primer momento eran unas pocas familias (alrededor de 20) las que se organizaban ellas mismas en los locales parroquiales para la recogida, distribución y limpieza final. Con el paso del tiempo fue creciendo el número de familias hasta, en algún momento llegar a cifras muy altas. Después BAA fue organizándose también progresivamente y las familias necesitadas se “ubicaron” en diferentes grupos de reparto. El grupo de reparto cuenta en la actualidad con 8 personas voluntarias. Se realiza el reparto cada 4 semanas. La mañana de un día laborable desde las 8 h hasta las 13,30h. Ampliando el horario (por circunstancias especiales) de 18h 18,30H por la tarde.
Las motivaciones que impulsaron la realización de esta obra asistencia-caritativa de poder colaborar con un sector pobre, las llamadas “periferias sociales”, fueron también Desde la relación con las personas-familias que acudían al reparto pretendíamos tener un conocimiento de las diferentes situaciones por las que estaban pasando y hacer un seguimiento y atención desde una perspectiva humano-cristiana. En la medida que nos interesamos y le escuchamos, descubrimos la posibilidad de una ayuda más integral ofreciéndoles las ayudas que están a nuestro alcance. La actuación pastoral está muy debilitada en la actualidad. En parte debido a la situación sanitaria derivada de COVID y en parte a que las personas vienen a por los alimentos y punto. Aún con todo con algunas sí que se hace esa labor. Las razones por las que seguimos en un reparto de alimentos, que consideramos que no debería hacerse, es porque de otra manera habría familias que lo pasarían realmente mal por la ausencia de recursos económicos para alimentarse. Esta labor debería hacerla las INSTITUCIONES PÚBLICAS. Ellas son las que analizan la situación de las personas necesitadas y, cuando descubren la necesidad real, les derivan a BAA. Lo normal sería que, una vez descubierta la necesidad, las INSTITUCIONES PÚBLICAS, dieran una solución adecuada y justa a su necesidad, de manera que las propias familias tuvieran acceso a los alimentos que ellas mismas decidieran adquirir (dentro de unos límites de austeridad), y no tener que consumir LO QUE “SOBRA” o no se vende. Por otra parte está el tema de las grandes recogidas de alimentos en algunos mementos concretos. Estos alimentos pagan IVA. Sería de desear que estuvieran exentos y que su importe derivara a su vez en forma de alimentos. De igual manera las empresas de alimentación hacen su “negocio” con estas recogidas, y así mismo sería bueno que estas empresas entregaran a su vez a BAA lo mismo o una parte importante del equivalente a la venta.
A veces escasez de voluntariado (con edad avanzada y salud deteriorada en algunos casos).La calidad alimenticia de algunos productos, en ocasiones, deja mucho que desear. Lo que nos empuja a realizar esta tarea, que ocupa mucho tiempo y dedicación en algunas de las personas voluntarias, es ver que a algunas familias los alimentos que reciben les suponen un gran alivio en su carencia de recursos para alimentarse. Lo que reciben, aunque es “poca cosa” (el valor económico no sobrepasará los 40€), pero les supone una ayuda importante. La alegría de los pobres que con lo poco que se les ofrece se sienten aliviados, en parte, en sus necesidades. Está además el plus de lo que enriquece la relación humana en situaciones complicadas. Las personas pobres nos enseñan muchas cosas.
El volumen de familias/personas que se ven abocadas a acudir a solicitar alimentos ha ido creciendo progresivamente. BAA ha ido dando respuesta a esta situación. Ha aumento extraordinariamente la burocracia. El nivel de los requisitos que se les solicitan nos parece exagerado en proporción a la ayuda que se les da. Se pide tal cantidad de información que a veces resulta “humillante” para con las personas pobres. Por otra parte está el hecho de que hay personas-familias que no entran o se salen de los requisitos requeridos, pero que, aunque su situación CONCRETA y PUNTUAL es de necesidad, se les deniega o retira la ayuda alimentaria. Están quienes han acumulado deudas por suprimir la REGI, por cualquier causa, y van arrastrando esa deuda a pesar de la instauración de la REGI. Ha habido momentos en algunas de esas familias han recurrido a buscar alimentos en los contenedores de basura. Estas situaciones CONCRETAS podrían atenderse en diálogo con los responsables del reparto.
Las consecuencias económicas de la pandemia elevaron en un 14% el número de personas que recibieron ayuda del Banco de Alimentos de Álava, según recoge la Memoria de la entidad correspondiente al último ejercicio, que destaca el papel de donantes y voluntarios en la lucha contra la injusticia del hambre. De acuerdo a los datos ofrecidos por el Banco de Alimentos, 7.095 beneficiaros fueron atendidos por las distintas asociaciones de consumo o reparto frente a las 6.209 que lo hicieron el año anterior
La labor del BAA se ha visto condicionada por las medidas restrictivas para hacer frente a la Covid 19, hasta el punto de que tuvo que cerrar sus instalaciones centrales unos días tras decretarse el estado de alarma en marzo de 2020. “El camino del último año ha estado plagado de obstáculos, de piedras, recuerda el presidente de la entidad, Daniel Fernández, pero con esfuerzo e ilusión las mismas piedras que pueden provocar tropiezos pueden servir para construir puentes, puentes de solidaridad”.
La Gran Recogida, piedra angular de la sensibilización en la labor de la sociedad para atender bolsas de pobreza que arrastran al hambre todavía a cientos de personas en el territorio, tuvo que reinventarse ante la imposibilidad de desplegar en los comercios los equipos de recolección. Las circunstancias especiales en las que se desarrolló hacían prever un desplome de la entrega de alimentos, ya que frente a los 80 comercios en los que se podían donar hace un año, en esta ocasión solo hubo cinco puestos. Sin embargo, la solidaridad resistió el embate del coronavirus con donaciones directas y los denominados bonos-alimentos, que pasaron de 53.000 a 276.000 euros.
La solidaridad de la sociedad alavesa ha permitido, en definitiva, mantener la tensión en la ayuda a los más desfavorecidos. Y el trabajo de los voluntarios apoyados por medidas preventivas de sanidad muy estrictas ha logrado vehicular las entregas de los alimentos. Lácteos y huevos suman, como en años anteriores, algo más de la cuarta parte del conjunto de alimentos distribuidos, seguidos por los denominados productos frescos de ‘último minuto’ y las frutas y hortalizas, que se han incrementado un 50%, un aumento impulsado por el objetivo de mejorar el tipo de comida facilitada.
Un presente complicado anticipa un futuro incierto. Los responsables del Banco de Alimentos temen que la devastación económica incremente las bolsas de pobreza. El agradecimiento a los 1,867 donantes particulares, a la industria agroalimentaria y a las instituciones se acompaña, así, de un llamamiento a mantener el apoyo para poder seguir combatiendo la lacra del hambre,
Los kilómetros que acumule se convertirán en alimentos. También se puede colaborar a través de la plataforma GoFundme y seguir la marcha de la iniciativa en la cuenta de Instagram ‘@juanma_realidadbipolar’.
Hace más de un mes que Juanma Olivas recorre los 51 municipios alaveses por una buena causa. Una motivación que es doble. Por un lado conseguir fondos para el Banco de Alimentos de Álava y por otro concienciar sobre la importancia de la solidaridad en momentos difíciles como el actual y la necesidad de visibilizar y normalizar la situación de las personas diagnosticadas con trastorno bipolar como es su caso. Para ello, la bicicleta se ha convertido en su mejor aliado.
Los kilómetros que acumule se convertirán en alimentos. También se puede colaborar a través de la plataforma GoFundme y seguir la marcha de la iniciativa en la cuenta de Instagram ‘@juanma_realidadbipolar’.
Desde el año 2011 Juanma ha participado en Ironmans y este año tenía previsto volver a tomar la salida en el que debía celebrarse en Vitoria el próximo 12 de julio. Un plan que, de momento, la covid-19 ha frustrado, pero para el que Olivas ha encontrado un perfecto recambio con el proyecto solidario que desarrollará en colaboración con el Banco de Alimentos. Pero será este domingo 12, cuando Juanma y su equipo acabe su periplo por tierras alavesas. El punto final será la Plaza de España de la capital alavesa
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